La niña que acabas de llamar gorda, pasa días sin comer para rebajar. El niño al que le acabas de decir estúpido quizá tiene problemas de aprendizaje. A la que llamas fea, pasa horas arreglándose para que personas como tú la acepten. El niño de quien te burlas en la escuela, posiblemente recibe abuso en su hogar como para que tú sigas destruyendo su autoestima.
En muchas ocasiones aquello que consideramos un simple comentario, o un simple gesto, aquello que hacemos como gracia, puede tener gran repercusión.
Incluso más de lo que creemos, somos ejemplo y referencia de much@s alumn@s. Una sola palabra en "nuestras bocas" puede alentar y promover un logro, o generar sentimientos de inferioridad o complejo.
Utilicemos esta gran arma para sacar lo mejor de cada uno y favorecer su crecimiento personal
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